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Gracias por entrar en este sitio.
La razón de este blog no es otra que dar a conocer mis trabajos literarios.
He escrito con mayor o menor frecuencia durante toda mi vida, pero es desde hace unos pocos años que me siento especialmente cómodo y libre al hacerlo.
No me atrevo a asegurar una regularidad añadiendo entradas, soy tremendamente irregular en todo.
Los trabajos ya acabados los iré colgando en páginas tituladas, se pueden ver en la columna de la derecha ( TEXTOS ) si entras aquí desde un ordenador.
Si lo haces desde un teléfono o tablet es posible que para acceder a las páginas debas desplegar la barra color crema que hay a continuación de el dibujo de Jonás en la ballena.
Las "entradas" tradicionales de blog me las reservo para escritos más espontáneos y para mantener una comunicación fresca con quien tenga a bien leer estas "Kosas Eskritas"
Espero que las disfrutes como yo al escribirlas y no dudes en dejar tu comentario.
Gracias por estar ahí, frente a tu pantalla.
Karlos

domingo, 13 de septiembre de 2015

LO QUE QUEDA



Ayer vi cómo vaciaban una casa.
Desde el autobús pude ver cómo sacaban una bolsa de basura industrial llena de libros. El muchacho que la bajaba no pudo con ella y se le reventó en la acera como una cascada de preciosos libros antiguos.
Eran libros de cuentos con ilustraciones. Tenían esa gama de colores tan especial que no sabes si la da el tiempo o  eran los colores de moda en el suyo.
Un aluvión de probabilidades me asaltó de pronto - a las 8 de la mañana no controlo muy bien mi cerebro, luego tampoco pero se nota menos – Estuve a punto de bajar del bus pero no podía faltar a mi cita.
- Se me ocurrió que eran los libros de un niño que había envejecido en esa casa y acababa de morir. Toda una vida de libros que iba a parar al contenedor. Toda una vida de experiencias que no reviviría nadie. 
- Podía ser un maestro que había muerto dejando todo su hermosa colección de literatura infantil. La familia, desentendiéndose, la había dado al trapero. 
- A lo mejor era un ser de otro mundo enviado para estudiar la maravillosa capacidad humana de inventar historias. Una vez cumplido su ciclo de cien años terrestres desapareció en una nube de experiencia. Los vecinos notaron su falta y el resto ya es sabido. Si hubiera sido así no me apenaría tanto pues todos esos libros pervivirían en alguna forma de memoria.
- Probablemente la casa llevaba más de cien años cerrada cuando yo pasé por delante. Un niño aficionado a la lectura había inventado la Máquina del Tiempo con unos alambres y el aceite de las sardinas de lata. Un papel carbón envolviendo jabón de sosa actuó de catalizador. Toda la familia, él incluido, saltaron a un futuro hipotético de donde no pudieron regresar porque entonces ya no quedaban sardinas. 
Al efectuar un censo algún funcionario descubrió la anomalía y decidieron abrir la casa. Las ratas habían sido víctimas del residuo radioactivo de la Máquina y habían desarrollado una curiosa inteligencia. Aprendieron a leer los libros del niño y editaron otros muchos con su imprentilla. Con los años las letras de caucho del aparato empezaron a descomponerse y las ratas murieron una tras otra de depresión dejando un incalculable tesoro literario que ahora caía en el contenedor ante mis ojos.

Continué mi propio viaje en autobús con el corazón compungido.

12 – 09 - 2015